Si se tienen los dos ojos abiertos al mismo tiempo la tarea será mucho más sencilla. Pero si se tienen ambos ojos cerrados, o se los tiene uno sí y uno no, no se desanime que con un poco de práctica y empeño va a poder parpadear con total éxito. Vamos a analizar cada situación por separado para hacérsela más fácil.
CASO A: Dos ojos abiertos
Empecemos con lo más sencillo: que se tengan los dos ojos abiertos. Ok. ¿Me sigue? Perfecto. Ahora présteme mucha atención. La actividad que va a realizar será la siguiente. Le pido por favor que se concentre porque lo voy a escribir sólo una vez y tendrá que actuar muy rápido si quiere lograr el objetivo. A la cuenta de tres va a bajar los párpados, esas ventanitas que tienen los ojos, rápidamente, sin pensarlo demasiado y casi sin respirar (si no sabe cómo respirar, lea las Instrucciones para Respirar en este libro. Búsquela, hombre, no sea perezoso) hasta que queden los dos ojos completamente cerrados y luego de una milésima de segundo (es importante que controle esto y no se pase del tiempo establecido porque se me duerme) los va a volver a subir, a los párpados que bajó anteriormente, ¿me entiende?, de tal manera que queden ambos, los párpados, en la posición original de cuando se dispuso a realizar la acción. Y eso es todo. Ahora me lo repite a este ejercicio cada tres o cuatro segundos hasta que se muera, o en el mejor de los casos, esté dormido, porque, ¿no sé si sabe?, pero le cuento, que dormido no puede parpadear por la simple razón que tiene a los dos ojos cerrados.
¿Vio que no era tan difícil y no dolía? ¡Hombre grande!
CASO B: Dos ojos cerrados
Ahora vamos a complicar la cosa. Tomemos por caso que tenga ambos ojos cerrados, ya sea porque recién se despierta o por lo que sea. No me haga poner nervioso. Muy atento acá, ya que este ejercicio requiere de su total convicción de que puede hacerlo. Si usted no cree en usted, ¿cómo usted pretende que nosotros creamos en usted. ¿Usted me entiende, no?
Sigamos. Con los dos ojos cerrados, o siendo más coloquial y técnicos, porque hay que hablar con propiedad, ¿vistes? Con los dos párpados en posición de reposo, va a realizar un ligero pero efectivo movimiento de párpados simultáneamente. Los va a levantar hasta que pueda ver, o por lo menos que queden los dos ojos abiertos. Es importante que sean los dos ojos a la vez los que estén abiertos, no se lo repito más.
Una vez que haya logrado tener los dos ojos abiertos, simplemente repita los pasos del CASO A escrito en la página anterior. Desde este instante, si sigue al pie de la letra dichas instrucciones, no le debe presentar mayores inconvenientes el parpadeo. “Yo imagino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno”, decía un viejo tango. Ah, sí. Porque también parpadean las luces. ¿No sé si sabe? Pero eso es otro tema. No se me vaya por las ramas.
Cualquier cosa me practica varias veces antes de llamarme de vuelta. No quiero perder el tiempo. Con un par de repeticiones calculo que serán suficientes para aprender todo el ciclo.
CASO C: Un ojo abierto, un ojo cerrado
Acá lo quiero ver. Vayamos al caso de que tenga un ojo abierto y otro cerrado. No se me ocurre cómo fue que le quedaron los ojos de esa manera, pero puede suceder. No se preocupe. Tal vez le estaba guiñando un ojo a una señorita que pasaba por la calle o ligó el ancho de basto, que se yo. No estoy para ponerme a pensar en estas cosas, sino para darle so-lu-cio-nes. E-fec-ti-vas. ¿Me-en-tien-de?
Lo más difícil en este caso será coordinar los dos ojos. Tenemos que lograr, o que le queden los dos ojos abiertos o que le queden los dos ojos cerrados, porque si intenta parpadear en el estado en que se encuentra puede producir una graciosa catástrofe que ni usted ni yo queremos que ocurra. Entonces, para evitar esto hará lo siguiente. Dos puntos: El ojo que tiene cerrado lo va a intentar abrir, pero sin mover el otro, el que tiene abierto, porque le quedarían desparejos de vuelta. Una vez que logre abrir el ojo que tenía cerrado y al mismo tiempo mantener abierto el ojo que tenía abierto, diríjase a las instrucciones del CASO A.
Si por el contrario quiere hacer a la inversa (como le gusta complicar la cosa a usted, ¡¿Eh?!), lo que tendrá que hacer será simultáneamente cerrar el ojo que tiene abierto y mantener cerrado el ojo que tiene cerrado. Una vez hecho esto diríjase a las instrucciones del CASO B.
¡Uf! Como costó, ¿no? Pero mire que lindo que me parpadea ahora. Sus ojos están capacitados para seguir parpadeando ad infinitum y más allá.
Posdata. Dos puntos. En cursiva. Si tiene alguna otra consulta y quiere que le explique cómo hacerlo, me escribe que yo le escribo.
Este cuento pertenece al libro El momento RANDOM, publicado en el año 2021.
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Pila Gonzalez
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