Amanecer.
Quedarnos acurrucados bajo las sabanas hasta el infinito.
Luego levantarnos.
Darnos una ducha.
Juntos.
Hacer el amor y que el agua se lleve todas nuestras penas.
Desayunar mirándonos a los ojos.
Ponernos a escribir poesía o a leer.
Juntos.
Que nuestros ojos se encuentren por casualidad.
Sonreír por sonreír.
Cachetes colorados.
Besarnos por el solo hecho de besarnos.
Sin pensar por qué.
Solo porque nos da las ganas de besarnos.
Salir a caminar por el bosque.
Perdernos para encontrarnos.
Jugar a que somos niños otra vez.
Correr entre los árboles.
Patear las flores amarillas.
Hacerlas volar y nosotros volar con ellas.
Llegar a un lago, o a un río.
No soy pretencioso.
Mirar nuestros reflejos y sentir que ese momento nos pertenece.
Para siempre y que nadie nos lo podrá borrar jamás.
Volver.
Despacio.
Juntar leña en el camino.
Encender la hoguera.
Mirar como cae la noche y sabernos seguros.
Inmortales.
Amados.
Queridos.
Uno al lado del otro.
Preparar una rica sopa.
Tomarla soplando la cuchara entre sorbo y sorbo.
Tirarnos en la alfombra cerca del fuego
y que nuestro fuego se vaya encendiendo de a poco.
Tocarnos las heridas.
Sanarlas con besitos y caricias suaves.
Sabernos, allí, en ese lugar,
que podremos ser eternos.
Que nuestro amor será eterno.
Solo si estamos juntos.
Vos y yo.
Pila Gonzalez
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