(ponele los signos de puntuación que quieras y dónde quieras, yo no tengo ganas)
Y bueno. Y a veces me cansan las reglas ortográficas y me da por escribir libre, como se me canta. Y si lo importante, al final, es que tenemos que llegar a los lectores. Y mucho antes de eso es que escribimos para nosotros mismos. Y sí. Y si quiero querer, quiero y porque querer querer es quererse a uno mismo y que se yo. Y puede parecer que no estamos escribiendo bonito y que redundamos y que no usamos correctamente los signos y que repetimos palabras innecesarias y que estamos destruyendo un texto que no se ajusta a los manuales de estilos establecidos. Y no advertimos que estos son cánones comúnmente aceptados que fueron inventados por algunos, hace mucho tiempo atrás, que dispusieron que así se debía escribir y así otro se debía leer y así de esta otra forma interpretar y discernir sobre lo que se lee.
¿Y si estamos cambiando la forma de escribir y todavía no nos dimos cuenta (o sí)? ¿Y si la gente se cansó de ver los paréntesis bien ubicados y las estructuras bien armaditas? Y yo también. Y me dan ganas de mandar todo a la mierda (ups, dije mierda) y escribir como me sale y sin andar pensando como debería escribir o como dicen algunos que tendría que armar mis textos. Y si quiero putear, puteo cuando escribo (culo, teta, pito), como si los lectores no lo hicieran. Y si está mal esto, entonces vení a escribir vos y listo.
Y si no se me antoja poner una “Y” cuando estoy enumerando cosas, sino que quiero seguir con las comas hasta el infinito, lo hago. Y pienso que tiene más sentido, a veces, porque le da más peso al texto. Y se me ocurre que en definitiva, serán los lectores los que le den sentido y los mismos lectores terminarán evaluando la calidad y no los editores ni los manuales de estilos que andan pululando como marihuana por el mundo de la literatura.
Y si quiero ponerle veinte adjetivos a ese verbo tan bonito, tan bello, tan elegante, tan poderoso, tan sutil, tan único, tan emblemático y tan verbo al fin, se los pongo. Y no por ello se me caen los anillos. Y por el contrario me siento más relajado y más feliz. Y sí. Y porque hice algo que no se tenía que hacer. ¿Y díganme si no les da placer hacer algo que saben que no deben hacer?
Y si quiero escribir “Todes” en lugar de “Todos” para ser más inclusivo, también lo hago, porque me acuerdo que hace no mucho, unos doscientos años atrás, todavía usábamos el “Vosotros”. Y mucho más cerca en el tiempo todavía usábamos el “Tu” en lugar del “Vos” (al menos en Argentina). Y si me parece que el “Todes” no va con mi estilo de escritura no lo escribo, pero sí acepto que va con el estilo y la forma de expresarse y de pensar y de sentir y de actuar de los que vienen.
Y vamos que nos vamos y que termino este intento de reflexión con más dudas que certezas y me acurruco en las palabras, mis palabras y mis frases y mis oraciones y mis estilos y mis formas de escribir y me cago en todos los manuales y en todas las reglas y dejo de escribir y vuelvo y puteo y reincido y me enojo y me siento realizado y me como una coma y me doy cuenta de que comer una coma suena gracioso mientras lo leo y me gusta como queda y hasta me imagino que me estoy comiendo una coma y me veo masticándola y de tanto divagar me olvido de separar con puntos un párrafo que se está haciendo eterno (ups un gerundio) y me olvido de que está prohibido empezar una nueva oración con la letra “Y” y también me olvido que está prohibido poner el adjetivo adelante del verbo y sin embargo me gusta como queda y lo dejo y respiro y te dejo respirar.
¿Y si empezamos a ser más rebeldes con nuestros textos y nos dejamos de prohibir por prohibir? ¿Y si mandamos a la mierda todos los convencionalismos y producimos textos más reales, mas sentidos, más originales, más actuales, más inclusivos, más divertidos, más reflexivos, más provocativos, más de uno que de otros?
Y vamos por más.
Pila Gonzalez
Creador de contenidosOtros textos que te pueden interesar
Hasta la vuelta
Listo, Tronco. Paso a despedirme que mañana temprano salgo para los campos con el Perico y el Chuzo. Te voy a extrañar, viejo. Pero no te pongas mal que en menos de que cante un gallo estoy devuelta contándote todo lo que pasó en este viaje. Dejáles cariños a la...
Leer másYa no estamos para estos trotes
¡Ay Tronco querido! ¿No sabés cómo está todo en el barrio, mi viejo? La tensión se corta con un huesito pelado. Se viene el día del juicio contra El Pirata y la Matilde. Y, ¿qué querés que te diga? Estamos todos cagados. No sé por qué pero las patitas me...
Leer másEl pasado te pisa los talones
Tus caprichos son celos encubiertos que reclaman afectos mal heridos. Tus lágrimas son ríos sin un puerto donde naufragan barcos del olvido. El pasado te pisa los talones, el futuro se asoma desafiante. No esperes que susurre a los leones si esta noche me vuelvo trashumante. Tendrás que...
Leer másEl amor a veces duele
¿Sabés, Tronco? Estuve con el Perico y me invitó a que me vaya un fin de semana de estos a los campos con él. Me habló de acampar cerca de la laguna, de pescar, de corretear libres por el bosque, de hacernos un tratamiento de barro para el pelaje y...
Leer másLa cagada que me costó una coima
¿Alguna vez les pasó que tuvieron que pagar una coima por una cagada, literal? Bueno, a mí sí. Eran las cinco de la mañana y estaba sentado en una combi viajando desde Malasia hasta Tailandia. No sé si fueron los nervios de pisar un nuevo país, la Coca Cola con...
Leer másAl llegar la noche
Existe un lugar en el mundo en donde, al llegar la Noche, los sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad y vacío se apoderan del hombre. Solo al llegar la Noche. La desesperanza, el pesimismo, la impotencia y la inquietud no nos permiten descansar como deberíamos, después de un largo día agotador...
Leer másMemorias de un viejo ventilador de pie
Hola. Soy un viejo ventilador de pie. No recuerdo bien cuando llegué a la familia González–Primo, pero debe hacer no menos de quince años. Sí. Soy de los viejitos. Ya sé que no puedo competir con los ventiladores sofisticados de hoy en día o contra los aires intergalácticos que vende...
Leer másInstrucciones para respirar
Es importante que se encuentre vivo. Caso contrario, no lo intente porque de todas formas no lo logrará. Para verificar su existencia intente respirar; si puede, está vivo; si no, sería en vano continuar leyendo estas instrucciones ya que, al fin de cuentas, ni podría respirar ni podría leer. Ahora,...
Leer másLa mala fortuna del piloto
Dedicado a mi buen amigo Waldemar Santorelli. Basado en hechos reales… El Gran Premio de Francia tenía todas las condiciones para que finalmente lograra su primera victoria arriba de un auto de Fórmula 1. No era martes ni trece, sin embargo, El Piloto era una persona muy supersticiosa. La mala...
Leer másDurrës se deja ver desde una ventana
Desde la terraza del Hostel Durrës puedo ver la Muralla de la ciudad o lo que queda de ella. Puedo ver la gran Mezquita que domina el centro y te despierta a las cinco de la mañana con sus alabanzas a Alá. Si estiro el cuello, hasta me animo a...
Leer másEl carnicero poeta
La siguiente es una pequeña nota periodística encontrada de casualidad en el diario “La Crónica del Oeste de Chivilcoy”. Roberto Urdaiz fue un carnicero de la ciudad de Chivilcoy al que siempre le gustó leer en secreto los clásicos de la literatura. Según se ha averiguado por los forenses que...
Leer másInstrucciones para parpadear
Si se tienen los dos ojos abiertos al mismo tiempo la tarea será mucho más sencilla. Pero si se tienen ambos ojos cerrados, o se los tiene uno sí y uno no, no se desanime que con un poco de práctica y empeño va a poder parpadear con total éxito....
Leer más