No te duermas porque ya hemos dormido,
ni sueñes que tus príncipes no vendrán,
si hay veces que las flechas de Cupido
pasan de largo y nunca te rozarán.
Solo sé que no sé cuando sucedió,
pero en mi afán por jamás olvidarte,
este pobre corazón se enmudeció,
y aunque me comprendas no logro hallarte.
Sembremos las semillas del pasado,
cultivemos la ilusión del destino,
recitemos un verso acalorado.
Esta tarde me salgo del camino,
ya es hora de que deje encarcelado
el orgullo, la fe y el desatino.
Este poema pertenece al libro Ciclotimia, publicado en el año 2019.
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Pila Gonzalez
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